Como estudiantes les dicen que el mercado es intercambio, y que por tanto no es diferente al trueque. Que en el Antiguo Egipto existía economía de mercado, cuando su economía en realidad era centralizada. Incluso los mayores comerciantes del mundo antiguo Los Fenicios, seguramente se podrían aplicar los conceptos de demanda y oferta y de libre mercado (en realidad el comercio fue regido por el Estado inicialmente con fines políticos). Esas afirmaciones simplistas me recuerdan el debate entre Lakatos y Kuhn (en “Notas a Lakatos”) sobre si la historia no era relevante y podía modificarse (incluso moldearse) a favor de una teoría.
En teoría si, el mercado es intercambio. En realidad es más complejo. La economía de mercado implicó una gran transformación, especialmente en el ser humano. La naturaleza del hombre no es hedonista o egoísta, pero debe hacersenos creer en ello, para que funcione el sistema. Podemos intercambiar riñones por iPads, o bebés por 8 millones de pesos, pero la esencia humana se pierde, incluso la pérdida de la compasión luego del fracaso de la Speenhamland Law. (Su fracaso se debió a que ante la ausencia de sindicatos los salarios bajaron abruptamente, ocasionando deterioros en la calidad de vida, incluso la pérdida de dignidad humana).
Una de las ideas equivocadas es creer que los precios provienen de las leyes de mercado. Los precios son “fijados” por las grandes empresas (no es cierta la creencia de que son “tomadoras de precio” o “precio aceptantes”). En ese caso, no existirían carteles, ni precios predatorios. Menos si se trata del mercado laboral, en Colombia los sindicatos ni siquiera tienen poder de negociación.
Sobre la confusión del patrón oro, dos aclaraciones. Primero, las monedas acuñadas en oro, no son lo mismo que patrón oro. Incluso tienen un valor comercial por encima de su peso en oro, más que todo por los coleccionistas y por tratarse de emisiones reducidas.
Segundo, la convertibilidad del peso colombiano en oro termina en 1931, y en 1993 se elimina de los billetes la denominación “pesos oro” dado que implicaba una confusión legal.
Ni el patrón oro ni las tasas de cambio fijas son deseables. La tasa debe ser flexible, o semi-flexible si se prefiere ya que el Banco Central debe intervenir con la compra o venta de divisas (dólares en nuestro caso).
El dinero “cosa” o “mercancía” también es lo que nos quieren hacer creer del dinero. Lo que lleva a la teoría de la neutralidad del dinero, por lo que se desestima la política monetaria. Eso es simplemente decir que el dinero no tiene peso en la economía y sólo sirve para el intercambio, olvidando que la economía no es sólo real es también monetaria.
Muy diferente a la visión de los monetaristas, como Friedman, que quieren abolir los bancos centrales, porque es fácil controlar la inflación. O peor las tesis de Kalmanovitz de que los “tiempos de la banca libre en Colombia” fueron color de rosa y deberíamos regresar a ese modelo exitoso.
http://www.banrep.gov.co/documentos/presentaciones-discursos/pdf/caro2v.pdf
El dinero sirve como medio de pago, pero es básicamente deuda. El dinero surge de los préstamos. Sin deuda, el dinero dejaría de existir. Su función es garantizar la liquidez en el sistema capitalista donde los salarios se reducen, además de garantizar constante mano de obra, dado que entre más se endeudan más deben compensar en horas laborales. Lo cuál también lleva a una especie de esclavitud, dado que no es cierto que pueda seleccionarse el empleo, o esperar a encontrar un mejor puesto laboral (desempleo de fricción). Las deudas obligan a aceptar trabajos indeseables. Incluso tiene impactos en la calidad de vida, la especulación de los mercados de divisas generan conflictos con los precios generales (pass through effect de la tasa de cambio sobre la inflación). El dinero ejerce un poder sobre la naturaleza humana, obliga a la rueda a seguir girando.